Jesús,
Salvador del mundo,
tú
nos invitas a todos a emprender el camino de la santidad.
Concédeme
la fe y el espíritu de entrega
que
caracterizaron a tu Siervo Francisco María de la Cruz Jordán.
Por
intercesión de María, Reina de los Apóstoles,
te
pido seguir creciendo en humildad,
y
en un interés cada día más grande
por
vivir y anunciar tu Palabra,
por
todos los medios que tu amor me inspire.
Que
mi oración se vea fortalecida por tu gracia,
de
tal manera que yo también sea capaz
de
transformar el dolor en alegría
y
la apatía en celo apostólico,
sabiendo
que las grandes obras siempre crecen
a
la sombra de tu cruz.
Por
la intercesión de tu Siervo Francisco María de la Cruz
te
pido me concedas la siguiente gracia:
[espacio
para presentar la gracia de manera personal o comunitaria]
siempre
que sea para tu mayor gloria
y
represente un verdadero bien para mí.
Amén.
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